En esta primera sesión procedimos a presentarnos y a exponer los motivos que nos animan a participar en el taller. A continuación, entre todos, intentamos definir las características que, a priori, no deberían faltar en una novela gótica:
- Existencia de una trama familiar, con relaciones inexperadas o parentescos inesperados,
- ambientadas en un castillo, un cementerio, un lugar sagrado;
- sentimientos llevados al límite. Se enlaza aquí con el espíritu del romanticismo donde las pasiones siempre son exageradas;
- presencia de algo sobrenatural: un fantasma, un vampiro, un espíritu...
- el erotismo, más o menos velado.
Según Cesar Fuentes ("Mundo Gótico") las características necesarias para calificar una novela como "gótica" son:
- presencia de un castillo, un caserón; el hecho arquitectónico es muy importante;
- atmósfera de misterio y suspense;
- desapariciones, sorpresas en el linaje de los protagonistas;
- profecías ancestrales;
- cuentos sobrenaturales o de difícil explicación;
- emociones desbocadas (pánico, paranoias);
- erotismo, normalmente de forma no explícita;
- la llamada "falacia profética", por ejemplo la presencia de una tormenta anuncia inevitablemente una aparición. El cine abusaría después de esto.
Tres períodos son los que podríamos apreciar:
- finales del siglo XVIII, con autores como H. Walpole (El castillo de Otranto), Godwin, Beckford, Anne Radcliff, M.G. Lewis (El Monje)...
- El apogeo, primera mitad del XIX, destacando Tieck, Hoffman, Mary Shelly, Polidori, Poe, Emily Bronte.
- El ocaso, hacia finales del XIX: Hawthorne, Collins, Dickens, Guy de Maupassant, Le Fanu...
La semana próxima comenzaremos a analizar la primera de las novelas que debemos leer: El Castillo de otranto, de Horace Walpole.