Seguimos descubriendo relatos góticos poco conocidos o, cuanto menos, no incluidos en las "listas oficiales" de novela gótica que tantas editoriales se encargan de publicar. Y es que, como todo en la vida, "ni son todas las que están, ni están todas las que son".
Este relato forma parte de una recopilación publicado en 2008 por una Editorial pequeña, no demasiado conocida, EDL (o Equipo Difusor del Libro SL), bajo el título "los vampiros no mueren" y que incluye cuatro relatos, algunos de los cuales ya han sido comentados en este blog: Carmilla, de Sheridan Le Fanu, Familia de Vampiros, de Alexei Tolstoi, El vampiro, de Polidori y, la que hoy comentaremos, La Bella Vampirizada, de Alejandro Dumas. Alguien del "club de literatura gótica" al que asistí hace años dijo que "todas las novelas de vampiros son góticas", afirmación con la que no estoy de acuerdo: ninguna de las novelas de Anne Rice es gótica, le pese a quien le pese. Para mí, los libros de Anne Rice son "literatura de aeropuerto", que te permiten estar entretenido, dar incluso una cabezada, retomarlos por otra página y leer en diagonal sabiendo que, al final, da igual. Poco va a aportar a tu vida. ¡Ojo! no es una crítica y, con la misma sinceridad, afirmo que Anne Rice puede tener su importancia en determinadas etapas de la vida del lector y que incluso, la atmósfera que dibuja "neo-vampírica" puede ser atractiva. Pero... "si no provocan uncanny, no son góticos" Y punto.
Sin embargo, los cuatro relatos incluidos en "los vampiros no mueren" considero que son góticos o, cuanto menos, "tienen un grado de goticidad" notable. La sorpresa es esta última novela, de Dumas; ¿quién nos iba a decir que el escritor de Los Tres Mosqueteros o El Conde de Montrecristo escribiría también un relato gótico?
Precisamente por Los Tres Mosqueteros, se ha hablado mucho de Alejandro Dumas (padre; no confundir con A. Dumas-hijo, también escritor). Novelista y dramaturgo francés, conocido como el Conde Negro, debido a su estatus aristocrático y a su piel oscura, por ser nieto de un noble francés y una esclava haitiana de origen subsahariano. Nuestro Dumas, en Francia, se formaría en una academia militar pero, fundamentalmente, de dedicó a la literatura.
Con el título original de "la dama pálida" (Histoire de la Dame Pâle), y escrito en 1849, narra la historia de una noble polaca que, debido a la guerra entre Rusia y Polonia ¿os suena? Para su protección, su padre la envía a un monasterio situado en los montes Cárpatos pero, de camino, su comitiva es asaltada por unos bandoleros comandada por dos hermanos de la noble familia de los Brancovan -así se las gastan en Rumanía- pero, tras perdonarle la vida, la llevan como huésped del castillo familiar, donde mora la madre de ambos, una digna señora. Insisto, así se las gastan en Rumanía.
A partir de aquí se suceden una serie de misterios que no deseo desvelar para que disfrutéis de la novela, magistralmente contados por Alejandro Dumas. Debo decir que, inicialmente, tuve dudas en cuanto a la goticidad de la novela, pues, caramba, también en los Tres Mosqueteros hay momentos de peligro, de misterios o de intriga y nadie, que no haya tomado absenta, se atrevería a calificar de "góticos" a los Tres Mosqueteros pero... me equivoqué. La última parte, donde se manifiesta la actividad del vampiro, es narrada de tal manera que, el "uncanny" está presente. Ya sabéis, ese adjetivo que no tiene paralelo en castellano, pero que indica una escena misteriosa, espeluznante, intranquilizadora, cuya lectura provoca en el lector ese cierto regomello, escalofríos por la espalda y sensaciones físicas de inquietud, sin llegar a ser terror.
Por supuesto, no faltan los demás ingredientes de "goticidad" hasta el punto de que uno llega a pensar de que esta novela es un "ejemplo de libro". Dumas se las ha arreglado para que no falte:
- un castillo, con un ambiente medieval perfectamente descrito: bóvedas, torreones, mobiliario parco, foso, corrientes de aire, pasadizos, puertas cerradas...
- El castillo, además, está próximo a un monasterio, que también tiene su función, lo que lo hace más "gótico" todavía.
- Existe un ser misterioso, sobrenatural que, esto sí puedo desvelarlo, es un vampiro. No un vampiro cualquiera, sino un vampiro de los Cárpatos, que tiene más nivel.
- Se da una trama familiar ancestral, que explicará al final el porqué de la existencia del vampiro en cuestión.
- Nos encontramos con una "sexualidad larvada". No es la sexualidad que le gustaría a Anne Rice de "aquí te pillo, aquí te la meto". Para nada. Fiel a la corriente del Romanticismo del siglo XIX, Dumas nos plantea esa tensión de los sentimientos, en que nos relata la ropa, peinado y palidez de la princesa, pero también la armadura, medias ajustadas, melena al viento y virilidad del galán. Pero todo muy polite, muy larvado.
- Y, por supuesto, la atmósfera narrada. Hay un momento álgido sabiamente descrito por Dumas. Se acuerda una fuga al día siguiente, perfectamente planeada. Tanto que, empieza a narrarla, y pone al lector de los nervios porque piensa "va a pasar cualquier cosa que va a estropear los planes". Me ha parecido de una gran destreza literaria.
Mi consejo: buscad este relato, pues vale la pena leerlo. Y buscad una buena traducción, no cualquier pdf gratis de Internet. Constato que esta novela no está incluida en las recopilaciones de las grandes editoriales como la colección "Gótica" de Valdemar. Y es una pena porque, con mucho, es de las novelas más góticas con que me he encontrado.
Feliz lectura.
En Madrid, a 31 de marzo del 7º año de la coronación de Su Majestad, Felipe VI)