VorMel...

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Se considera que el origen la literatura gótica se sitúa en Gran Bretaña, en particular durante el Romanticismo. Sin embargo, la primera aparición del término -gótico-, tiene lugar cuando el escritor Horace Walpole lo ubica como subtítulo en su obra El castillo de Otranto: Una historia gótica.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Taller de Literatura Gótica

Nos anuncian que, en enero de 2014, se reiniciará el Taller de Literatura Gótica que se organiza cada año  en la Casa del Barrio, en el madrileño barrio de Carabanchel, y tiene lugar semanalmente, en un día aún por determinar.

Si algún lector de este blog estuviera interesado en participar, se puede poner directamente en contacto conmigo, y le facilitaré más información.

Por mi parte, volveré a asistir, pues confieso que su edición pasada me ayudó muchísimo a comprender mejor y a valorar la literatura gótica.

Saludos.

viernes, 25 de octubre de 2013

"Historias del Crepúsculo y de lo Desconocido", de Sir Arthur Conan Doyle

Mientras esperamos que se reanude el Taller de Literatura Gótica, colmamos nuestra sed de novelas góticas o, cuanto menos, de terror, misteriosas, esotéricas, vampíricas o, incluso, de espiritismo...

Hace un par de semanas visitamos al "hombre". "El hombre" es un vendedor de libros de segunda mano que tiene su establecimiento en el centro de Madrid. El olor a libro antiguo y las pilas de material de segunda mano imponen al visitante una regla: allí se compra lo que te viene a las manos, no lo que buscas. Y a mí, me vino a las manos un ejemplar de "Historias del Crepúsculo y de lo Desconocido", de Sir Arthur Conan Doyle, en excelente estado de conservación, a un precio de 3 euros. Así, da gusto.

Iba a redactar una reseña sobre este libro que me ha impactado. Positivamente, entiéndase. Pero he encontrado un estupendo resumen y comentario en esta web que, a cambio de indicar la fuente, procedo a copiar y pegar a continuación, para comodidad de mis lectores. En todo caso, atribúyase el mérito a su redactor original, de nick "soy_ludic" (las negritas, subrayados, cursivas y paragrafeados son, eso sí, míos):

Hay paternidades que atormentan toda una vida. Para el mundo de los lectores empedernidos, Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) siempre será recordado como el padre del genial Sherlock Holmes, el celebérrimo criminalista que tanto nos ha deleitado con su método deductivo y su peculiar manera de ser y de comportarse. Desde que en 1882 publicó su primera aventura, “Estudio en escarlata”, la figura de Holmes, y por extensión, de su antítesis, el doctor Watson, han acompañado, muchas veces en contra de su voluntad, al escritor de procedencia irlandesa. Así es. Para Conan Doyle, el personaje de Holmes llegó a convertirse en una auténtica pesadilla. Varias veces intentó “matarlo” literariamente hablando. Y nunca logró conseguirlo por mucho tiempo. La presión de sus lectores, y el indiscutible éxito que obtenía cada vez que publicaba un nuevo episodio del residente de Baker Street, lo obligaban a resucitar periódicamente al detective de rostro enjuto y carácter lunático. Es lógico que el escritor acabara cogiendo una cierta manía a su personaje. Y si hemos de ser sinceros, no le faltaba algo de razón. Sir Arthur, a lo largo de su vida, escribió casi un centenar de obras y cultivó gran cantidad de géneros y contenidos: novelas de Historia, ensayos, teatro, poesía, cuentos, tratados de medicina (el escritor era médico de profesión), libros de fiscalidad... 

Además de toda esta ingente literatura, el escritor fue una gran aficionado al espiritismo, al esoterismo y a la egiptología. Era muy común en aquella época interesarse por estos temas. A raíz de que las tropas napoleónicas se llevaran de Egipto gran cantidad de tesoros arqueológicos como botín de guerra, la cultura egipcia y los antiguos cultos orientales se pusieron muy de moda en Europa entre las clases intelectuales. “Historias del crepúsculo y de lo desconocido” es un libro que responde a este tipo de intereses. Se estructura en seis narraciones, que abordan la temática sobrenatural y el cosmos de lo desconocido. La presencia del mal, las inoportunas consecuencias de un experimento de hipnosis, los sucesos que le acontecen a un egiptólogo corrupto, un cirujano atormentado por el fantasma de un paciente difunto, una sesión de espiritismo mal llevada y un amor de ultratumba que concluye en la sala de momias del Louvre, son los ejes argumentales de estos seis textos. 

En todas las narraciones se constata que existe un “más allá”, que el discurso empírico no puede alcanzar ni comprender. Hay también una cierta línea moralizante en el sentido de que no es conveniente traspasar ciertos límites, ni siquiera en aras de la investigación o de la ciencia. 

Que Conan Doyle es un escritor de inmaculada pulcritud, nadie lo puede poner en duda. Lo que ocurre es que la literatura de misterio y de terror exige que el lector se vea altamente implicado en el devenir de los acontecimientos. Es importante la creación de un malestar psicológico, de un miedo sutil y creciente que atrape la atención y convierta el discurrir de las páginas en un fenómeno inquietante. Esto, Sir Arthur lo consigue a medias. Es demasiado expositivo, demasiado cuadriculado. Nada que ver con la tensión desconcertante y embriagadora que consigue en sus narraciones el gran Edgar Allan Poe. A pesar de todo, el libro vale la pena leerlo para conocer otros registros de un autor quizás demasiado encasillado por su hijo Holmes. Paradójicamente, el relato más conseguido de “Historias del crepúsculo y de lo desconocido” es el segundo por orden de aparición: el del experimento de hipnosis. ¿Y sabéis por qué? pues porqué no está orientado en clave de terror, sino de humor. Conan Doyle, británico al fin y al cabo, domina infinitamente más los resortes de la ironía que los complejos mecanismos del miedo. No funciona acercarse a lo desconocido a través del análisis racional. Escribir literatura de misterio equivale a escribir sobre los propios temores. El miedo (y en su grado más extremo, el terror) es un chispazo involuntario, un acto reflejo que traspasa la mente y nos adentra en nuestros abismos más profundos, en nuestros laberintos intransitados. Y lo que es peor, que pone al descubierto nuestras más oscuras soledades. También puede ser, contradictorios como somos, que tener miedo signifique desear lo que tememos.

Gothika (2003), de Mathieu Kassovitz

Película con muy malas críticas, tales como "Otra hábil pero vacía dosis de entretenimiento artificial" (Dana Stevens, de The New York Times), o "Si te esfuerzas lo suficiente, puede que seas capaz de olvidar que la historia no tiene mucho sentido ni ofrece las emociones adecuadas, aunque trata de asustarte un par de veces de la manera más fácil posible" (Connie Ogle de Miami Herald). La prensa nacional también se despachó a gusto "El planteamiento incial puede resultar atractivo (...) Sin embargo, cuando hay que llegar a la resolución de enigmas, el guionista Sebastián Gutiérrez comienza a sacar ases de la manga como un vulgar trilero" (Javier Ocaña, de El País).

Sin embargo, nos ha gustado. A lo largo de la película el director sabe mantener una tensión que le hace a uno pensar si estamos ante sucesos paranormales, si existe una explicación "lógica" o si, como se verá al final, "mitad y mitad". Desde mi punto de vista, la película está bien resuelta.

El reparto, más que aceptable. Nos ha gustado la actuación de la "oscarizada" Halle Berry, guapísima, por cierto. Nos ha gustado también Penélope Cruz.... ¿por qué nos gustan más los actores españoles cuándo hacen cine fuera de España? ¿Será, quizá, porque cuando esas películas llegan a España les doblan la voz y no escuchamos la voz de tontainas que las escuelas de interpretación españolas imprimen a "nuestros" actores y actrices con ese tonillo que parece sacado de un lugar a mitad de camino entre Majadahonda y Las Rozas?

Independientemente del título -que no sabemos a qué se debe- ¿calificaríamos esta película de gótica? Tiene bastantes ingredientes... un psiquátrico bien puede ser ese lugar tenebroso que hace de veces de la figura del "castillo". Existen fenómenos misterioros, relacionados con alguien que murió dejando en vida algo por resolver. Existen unos vínculos familiares que serán el eje que explique el desarrollo final de la película... y todo ello sin olvidar ciertos toques eróticos sin caer en lo chabacano.

¿Nos ha asustado? Sin duda. Y no precisamente por los fenómenos sobrenaturales. Pero es que, debo confesar, que más que "el demonio", los "fantasmas", los fenómenos paranormales o las posesiones a mí, personalmente, lo que más miedo me da es la acción del hombre representada, con ocasión de la película, en las terapias, métodos y acciones que emplean los psiquiátricos. "La Psiquiatría: Una industria de muerte" se titula un documental producido por Citizen Comission of Human Rights International, denunciando las malas artes que la psiquiatría ha aplicado y sigue aplicando sobre "locos". En la película, Gothika, se pone de manifiesto la difícil situación de los enfermos mentales y las "soluciones" de los profesionales: pastillas, represión física, encierros...

En definitiva, y una vez más yendo contracorriente de la Crítica, recomiendo la película y os dejo, a continuación una breve ficha tomada de Filmaffinity:

Título original Gothika
Año 2003
Duración 95 min.
País Estados Unidos Estados Unidos
Director Mathieu Kassovitz
Guión Sebastian Gutierrez
Música John Ottman
Fotografía Matthew Libatique
Reparto Halle Berry, Robert Downey Jr., Penélope Cruz, Charles S. Dutton, Bernard Hill, John Carroll Lynch
Productora Warner Bros. Pictures / Columbia Pictures
Género Terror. Thriller | Fantasmas
Sinopsis La doctora Miranda Grey, una dedicada y exitosa psicóloga criminal, se despierta un día para encontrase que es una paciente en la propia institución mental donde trabaja, sin ningún recuerdo del asesinato que aparentemente ella ha cometido. Pronto descubre que su marido fue brutalmente asesinado 3 días atrás, y las pruebas de sangre... la incriminan a ella.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Ventana Oscura: Comenzó la V Semana Gótica de Madrid.

Ayer tuvo lugar, en el Salón de Actos del Centro Conde Duque de Madrid, la inauguración de la V Semana Gótica de Madrid, con tres sesiones dedicadas al cine... al cine gótico, si es que existe tal género. Con el nombre "Ventana Oscura" es como se conoce a los eventos de la SGM relacionados con el cine.

I. Comenzó con una mesa redonda para debatir sobre "la oscuridad en el cine de Luis Buñuel", integrada por el escritor e investigador Román Gubern, el escritor y director del Festival de Sitges Ángel Sala y el también escritor e investigador Julio Pérez Perucha.

A lo largo del debate surgieron muchos temas interesantes y, en gran medida, desconocidos sobre el cine de Buñuel y que contribuiría a la creación de un "cine gótico español" el cual, afirmaron, existe aunque está poco conceptuado "porque, en definitiva, ¿qué es lo gótico sino la sombra de un pasado sombrío que se proyecta sobre el presente?" Se nombraron películas como "El Angel Exterminador", "Viridiana" y "Tristana". ¿Por qué nos gustan estas películas en la actualidad? Quizá porque con ellas escapamos de la sensación de aburrimiento y mediocridad que los medios de comunicación proyectan sobre una aburrida y mediocre sociedad. Por eso, en definitiva, somos góticos.

Se dice que el punto de inflexión en la carrera de Buñuel se produjo a raíz de una película alemana, "Las Tres Luces", producida en 1921 pero que Buñuel ve en 1925, habiendo ya leído a Freud. A partir de ahí su "goticismo" se refleja en la emergencia de lo oculto frente a lo reprimido, lo cual lo expresa en sus películas en el vestuario, maquillaje, necrofilia, ambiente decadente, el tema del disfraz, la simulación.

II. Siguió la "Ventana Oscura" con una conferencia a cargo del exorcista "José Antonio Fortea", sacerdote y teólogo por la Universidad de Navarra (Opus Dei). Inicialmente iba a pronunciar una charla sobre "el exorcismo en el cine: mitos y realidades" pero, obviando el tema y argumentando que "ya en la charla anterior se había hablado de cine", colocó a la audiencia una sesión de proselitismo católico.

Y es aquí donde debo hacer un alto para, en su caso, dar un buen tirón de orejas a la organización de la Semana Gótica de Madrid. Quizá ellos no pudieron hacer nada para evitar tal situación pero debo decir muy seriamente que ni yo, ni ninguno de los asistentes creo, acudimos a la conferencia a recibir una homilía sesgada, torticera y, para colmo, llena de prejuicios y clichés por parte de un sacerdote católico.

De entrada, el P. Fortea tuvo la poca delicadeza de contar nosequé milonga para justificar que no hablara de cine sino de "conversión al bien". Paradójicamente, repetiría, en más de una ocasión, la cantinela de que "Satán es el padre de la mentira". Pues si es así, tiene en el P. Fortea un buen discípulo.

Segundo, no sé qué idea preconcebida traía el P. Fortea de la audiencia con que se iba a encontrar en la Semana Gótica pero, por sus palabras, se esperaba un grupo vestido de negro, ateo y familiarizado con los pactos satánicos. Mal empezamos si acudimos a una conferencia sin investigar un poco cuál es el perfil de la audiencia y, como en este caso, bien dijo alguien de la organización, de negro en la sala sólo estaba el propio cura; y, pactos satánicos, no conocemos a ningún gótico que los practique sino, quizá, alguna ama de casa y varios políticos. En cuanto a ateísmo, cada cual es libre y muy respetable pero me atrevo a decir que el nivel espiritual del "movimiento" gótico está muy por encima de la media; lo cual no quiere decir, que se milite en una iglesia organizada, pues una cosa, nada tiene que ver con la otra. Pero, en fin....

Tercero. Afirmó el P. Fortea que todas las religiones están de acuerdo en que el Demonio existe, está suelto y puede proceder a poseer a cualquiera. Segunda mentira. Curiosamente, para los budistas, el diablo fue vencido por Buda, quien lo "condenó" a servirle de guarda... y es por eso que, en todos los templos budistas, se representa a dos diablos guardando la puerta de entrada. Eso es lógica: un ser supremo que se impone a la criatura.... ¿qué argumento es ese de que un Dios -que se supone bueno- permite la posesión diabólica para darse a conocer? Por otro lado, no deja de ser llamativo que, si tocamos el cine por una vez, la mayor parte de las películas de posesiones tienen lugar en el entorno de una familia católica... rara vez en una anglicana, episcopaliana, mormona, baptista, adventista, judía, musulmana, budista o ciencióloga. ¿No será que los sacerdotes católicos imprimen en la mente de sus prosélitos ciertas ideas sobre el Demonio que provoca en ciertas mentes una reacción extremadamente poderosa? Sabido es el enorme poder de la mente sobre el cuerpo... y no digo más ya nada.

Cuarto. En el culmen y colmo de su conferencia, el P. Fortea se atrevió a dar consejos a la audiencia (me vais a perdonar, pero odio a quienes dan consejos sin pedírselos) para llevar una vida buena, renunciando a Satanás y buscando a Dios. ¿Estará poniendo como ejemplo el P. Fortea a su Iglesia, una Iglesia que ha provocado más guerras, odios, muertes, pederastias y discriminaciones en veintiún siglos de existencia que ninguna otra institución humana?

Conclusión: esta parte de la Ventana Oscura fue, desde mi punto de vista, un fracaso pues, los honestos aficionados al cine, seamos o no góticos, vistamos o no de negro, seamos o no creyentes, nos quedamos sin una conferencia sobre el tema.

III. Finalmente, se proyectaron una serie de cortometrajes seleccionados por el jurado que, por fortuna, sirvieron para que el público se recuperara del mal cuerpo y tensión creada por el sacerdote católico. Los cortos giraban sobre temática "gótica", si se permite la expresión, bien oscura, bien de terror, bien inquietante. Cortos de la talla de Candy Hearts, Therion, En las mejores familias, Huir, La Apuesta de Pascal, Deus et Machina, Tino y Tina, Ratas, Hambre, Presence Required (buscadla, por cierto, que es la que más gustó) o Grieta en la Oscuridad.




martes, 24 de septiembre de 2013

Semana Gótica de Madrid 2013


Poco a poco se va desvelando el programa que conformará la Semana Gótica de Madrid, que tendrá lugar del 22 de octubre al 15 de noviembre de 2013, es decir, más de una semana propiamente dicha, y que, como todos los años, se presenta muy interesante. A continuación voy a remarcar alguna de las actividades que más me llaman la atención, si bien sugiero que visitéis periódicamente su página oficial para estar al tanto de las novedades.

Encuentro de literatura (entre el 5 y el 9 de noviembre)

Pongo en primer lugar porque, he de reconocer, fue el medio gracias al que descubrí la SGM hace ya dos años. El programa puede consultarse aquí.

El Encuentro de Literatura tendrá lugar en: Museo Nacional del Romanticismo - Aforo limitado a 100 personas - Entrada por Calle Beneficencia, 14 28004 Madrid Metro: Tribunal

Ventana oscura (martes 22 de octubre)

En su quinta edición, Ventana Oscura ha querido hacer un homenaje al director español Luis Buñuel con motivo de los treinta años de su fallecimiento. Para ello cuenta con tres expertos en la filmografía del aragonés: los prestigiosos autores Román Gubern, Julio Pérez Perucha y Ángel Sala, director del Festival de Sitges, que analizarán la oscuridad de la obra del genial autor en una mesa redonda. Posteriormente, el padre José Antonio Fortea, teólogo, reconocido exorcista y autor de numerosos libros entre los que destaca "Summa Daemoniaca", nos acercará al tema del exorcismo, para luego profundizar sobre cómo ha sido tratado a lo largo de la historia del cine, desmontando mitos y mostrando la naturaleza real del fenómeno. (seguir leyendo)

Los eventos de Ventana Oscura tendrán lugar en: Centro Cultural Conde Duque - Aforo limitado a 270 personas - Calle Conde Duque, 9-11 28015 Madrid Metro: Ventura Rodríguez

Teatrífico (1, 2 y 9 de noviembre)

Artes escénicas de la Semana Gótica de Madrid. Danza, Teatro y Recitales (seguir leyendo)

Las sedes de Teatrífico serán: Museo Nacional del Romanticismo - Aforo limitado a 100 personas - Entrada por Calle Beneficencia, 14 28004 Madrid Metro: Tribunal,   Centro Cultural Paco Rabal Calle Felipe Diego, 11 28018 Madrid Autobuses: 57 desde Atocha y 144 desde Entrevías Cercanías RENFE: Asamblea de Madrid - Entrevías

SGMFEST (sábado 2 de noviembre)

El Festival de la SGM tiene el siguiente programa (ver)

Los conciertos del SGM FEST tendrán lugar en la sala: Gruta 77, Calle Cuclillo, 6 - esquina Nicolás Morales 28019 Madrid Metro: Oporto Buses: 34, 35, 108, 118 y N-17 (nocturno) y la Fiesta de Halloween de Rara Avis: Sala Wurlitzer Calle de las Tres Cruces, 12 28013 Madrid Metro: Gran Vía

SGM ART y Plataforma G (consultar programa general) (fechas pendientes de precisar)

Tendrán lugar en: Centro Cultural La Corrala Calle Carlos Arniches, 3 y 5 28005 Madrid Metro: La Latina  

lunes, 23 de septiembre de 2013

Frankenstein (o el eterno prometeo), 1816, de Mary Shelley

Esta fue la siguiente novela que leímos y comentamos en el Taller de Literatura Gótica. De todos es conocida esta historia, tal vez más por el cine, pero que, en todo caso, sorprende volver a leer y a meditar. 

De entrada, hay que recordar que “Frankenstein” no es el nombre del “monstruo”, sino el apellido de su creador, Victor Frankenstein, si bien, al finalizar la novela, deberíamos plantearnos quién es el auténtico monstruo, si el creador o la creatura…. Y, permitidme ya de entrada una “ida de olla”, si debiéramos extrapolar la novela a la narración bíblica del Génesis y decidir si el ser humano es un monstruo y, entonces, qué pretendía el creador…. ¿Estarían estos pensamientos en la mente de Mary Shelley?

(Os animo a leer una biografía de Mary Shelley y admirar tanto su educación para el hecho de ser una mujer de la Inglaterra victoriana del XIX, como su personalidad libre e independiente, a pesar de las críticas y maledicencias. Sin ir más lejos, la Wikipedia ofrece un buen semblante. Aquí, nos basta con remarcar el hecho de que fue una de las protagonistas de aquél encuentro de 1817, a las orillas del lago Ginebra, en Villa Diodati, junto a Lord Byron, John William Polidori, y Percy Shelley –marido de nuestra escritora-. Reunión que, en una noche de tormenta, se decidió que cada uno escribiera una novela de terror, y donde nacería Frankenstein.  

Al finalizar la novela hay una pregunta que nos ronda…. ¿Es “gótica” la novela de Frankenstein? La doctrina sobre el particular “no es pacífica” pues, de hecho, hay estudiosos del tema que afirman que estamos ante la primera novela de ciencia ficción y que, si se clasifica de “gótica” es sólo para no perder a Mary Shelley de la lista de autores góticos, con el consiguiente desprestigio del género. Personalmente, sin embargo, pienso que la novela tiene suficientes elementos para considerarla “gótica”. Cierto que no aparece un castillo misterioso o una abadía tenebrosa pero… ¿no es el laboratorio de Victor un espacio misterioso, aislado, lúgubre donde vemos, al menos simbólicamente, la figura del castillo? ¿No nos encontramos con una serie de tramas familiares que desembocan en tragedia debido al engendro (que viene de engendrado) busca mitigar su soledad y el odio que despierta en los demás? ¿No nos encontramos ante elementos llevados al límite, a la exageración, tan propio del romanticismo? Bien, es una opinión personal, aunque la polémica permanece abierta.

La estructura de la obra es curiosa: anteceden cuatro cartas que caldean el ambiente  y preparan al lector para el relato sobrecogedor que vendrá después en una serie de capítulos. De las cartas, quiero mencionar algo que, tal vez no venga a cuento, pero que me ha llamado la atención: la primera carta, de Robert Waldon a su hermana, la Sra. Saville, está fechada el 11/12/1717, contándole que va a embarcar en un ballenero con rumbo al polo norte. A partir de ahí se suceden otras cartas donde la autora no menciona el año, así por ejemplo, habla del 25 de marzo de 17.. . La cuestión es que posteriormente, habla de un lunes, 31 de julio de 17.. que, por lógica, debemos suponer que se refiere al 31/07/1718 pero que, si vemos el calendario, vemos que ese día fue domingo por lo que, una de dos, o Mary Shelley se equivocó, o se está refiriendo a un año después ya que el 31/07/2019 sí que fue lunes. Bien, en realidad esto poco añade a la historia, salvo remarcar que el viaje fue más largo y penoso, provocando un estado de ánimo bajo cuando avistarían, ya atrapados en el Polo Norte, lo que llaman “el gigante”, o “el monstruo”. Será ya la novela la que explica qué hacía “el monstruo” entre las nieves polares.

Creo que no procede realizar un resumen de la novela que, en todo caso, os animo a leer; pero sí querría resaltar algunas cosas que me han llamado la atención.

Aun en las cartas previas, aparece un hombre en un trineo, persiguiendo “al monstruo”, y al que ayudan a subir al barco; por el momento no se sabrá su nombre pero es llamativa la conversación que tiene con Robert: le habla de la locura de estudiar los poderes de la naturaleza con el fin de mejorar al ser humano “somos criaturas mal hechas”. Así mismo le pone en guardia contra la investigación ciega a cualquier precio, sin una norma ética. Este tema, muy discutido en el siglo XIX, época de inventos y descubrimientos, sigue siendo de actualidad o, quizá, ahora más que nunca.

Otro punto: describiendo la infancia de Victor, se ennumera una serie de autores, desde Cornelio Agripa a Paracelso y Alberto Magno, y unas pinceladas de sus teorías sobre la metafísica y la filosofía natural. Todo ello pone de manifiesto la gran formación de Mary Shelley.

Victor Frankenstein ¿y, por tanto, la autora, Mary Shelley? en sus reflexiones pone de manifiesto sus creencias. Así se confiesa como “materialista” (en el sentido de que no cree en el alma, sólo en la materia), rechaza el mundo espiritual, sobrenatural, etc. Para él, un cementerio, es sólo un sitio con cuerpos sin vida. Este punto de vista, sin duda, es el principal escollo para considerar “gótica” la novela, pero me remito a lo que comenté al principio.

No se describe al monstruo y sería bueno que nos quitáramos de la cabeza la imagen que todos tenemos diseñada en los estudios de cine, al menos, durante la lectura de esta novela. Como mucho se habla de sus ojos amarillos…. Se hace notar que su creador, Victor, no le pone nombre porque no desea considerarlo una persona. De hecho, nos planteamos si “el monstruo” nació “malo”… ¿qué se puede esperar de alguien a quien todo el mundo amenaza, insulta o echa a correr, alguien que vive en soledad? Reiteramos la pregunta del principio ¿quién es el monstruo, la criatura o el creador…. el hombre o Dios?

Este paralelo, desde mi punto de vista, se aprecia aún más en la conversación que Victor mantiene con “la criatura”. Esta le confía que se siente solo y desgracado, que todos le odian y le pide compasión; la compasión del creador a la criatura… ¿no recuerda el mito del Génesis de la creación del hombre o, incluso, la del Ángel Caído?

Avanzo hasta el Capítulo XV, muy interesante. El monstruo habla de sí y reflexiona  sobre quién es, de dónde viene, adónde va… ¿os suena? ¿No son preguntas muy propias de la naturaleza humana. También habla de “la desgracia de ser diferente”, del miedo al rechazo por ser distinto y de la soledad… Ni más ni menos que Mary Shelley se ha anticipado un siglo y medio en poner de manifiesto el drama social de las minorías.


Y paro aquí para no alargar excesivamente este post. Frankenstein, si las múltiples películas son estupendas, no es posible, no leer la novela. Leed y juzgad; leed y reflexionad. Leed y admirad a Mary Shelley… gran escritora.

martes, 19 de febrero de 2013

Los Misterios de Udolfo, de Anne Radcliff

Toca hablar de la obra más conocida de Anne Radcliff que posiblemente, y tras el Castillo de Otranto, sería la novela precursosa y que más fuerte inspiraría a los autores posteriores que se adentrarían en el género de la novela gótica.

Es una novela de lectura densa y pesada, al menos para el común de los lectores de éste, nuestro siglo XXI. La autora se recrea demasiado en las descripciones de paisajes, emociones, sentimientos, recuerdos... tanto que el lector, ávido de acción o de misterio, se exaspera porque no terminan de llegar y, cuando al fin llegan -allá hacia la mitad del libro- ya tiene en su interior un hastío tal que se le hace inevitable seguir leyendo sin serios perjuicios.

Personalmente, me habría gustado toparme con esta novela hace 25 años, allá en aquéllos largos veranos de la época del bachillerato donde los días fluian lentamente y las semanas no tenían fin. Hoy día, con una actividad "normal" de vida de pareja, vida profesional y vida social... poco tiempo hay para percibir, junto a Anne Radcliff, la sutileza con la que esa hoja flota mecida por el viento se cae amable del padre roble situado en las montañas del Languedoc y que, cuando levanta la vista, el océano limpio le saluda dándole los buenos días. En fin.

Ahora bien, ¿por qué esta novela es tan larga y, si se me permite, pesada? Pues bien, al parecer Radcliff no la desarrolló para ser vendida como novela en un sólo tomo sino por entregas, en fascículos. Efectivamente, en la Inglaterra del siglo XIX causaban furor los chapbooks, bluebooks y penny dreadfuls (folletines de "a centavo", diríamos) de publicación semanal. El equivalente a nuestros seriales de televisión, vamos. Ello explica, sin duda, que cada capítulo de Los Misterios de Udolfo esté en sí articulado, tenga su propio argumento y que, claro, el desenlace deje algo de misterio para que las lectoras (público femenino mayoritariamente aunque estoy visualizando a los hermanos varones ingleses leyendo a escondidas los "penny dreadfuls" de sus hermanas) quedaran enganchadas, deseando que llegara la semana siguiente para tener en sus manos el capítulo siguiente.... para devorarlo y después comentarlo con las amigas mientras comparten un té con algún british cake... ¡encantadora escena!

El caso es que esta novela por entregas, para el lector o lectora moderno se hace pesada y le deja a uno la sensación de que se ha escrito "al peso". Afortunadamente la autora ideó un pequeño truco que da coherencia y articula toda la obra: al comienzo de cada capitulo añada unos versos, que tienen su razón de ser, normalmente elegidos de poetas clásicos... pista que tenemos de la gran cultura de la escritora.

Pero situémonos. Los Misterios de Udolfo fue escrita en 1794 (recordemos que El Castillo de Otranto lo fue en 1764). ¿Qué había pasado en el mundo entre 1764 y 1794? Esta pregunta, hecha por la animadora del Taller de Literatura Gótica nos dejó a los alumnos pensativos. Yo, pensando en la Revolución Francesa, pero con temor a decirlo, aventuré un tímido ¿el mundo había cambiado? Pues sí, el mundo había cambiado pero no por la Revolución Fracesa o no por la Declaración de los Derechos del Hombre sino porque.... entre esos años las mujeres habían comenzado a leer. Lo cual, sin duda, fue otra causa de cambio del mundo (por favor, que nadie vea ironía en mis palabras, pues hablo en serio). Supongo, eso sí, que estamos hablando de las mujeres inglesas de clase media e, incluso, baja. En la Francia absolutista las mujeres de la aristocracia hacía siglos que leían y escribían (pensemos en madame de La Fayette y su gran "Princesa de Cleves") e incluso habían participado entusiastamente en la elaboración de la Enciclopedia... Marquesa de Pompadour, amante del rey Luis XV y mujer ilustrada donde las haya.... Bien, digamos que Anne Radcliff sería pionera de la mujer de clase media que se empieza a interesar por la cultura.

El link que os dejo a continuación os llevará a un corto resumen biográfico del que me llama la atención, especialmente, la cantidad de grandes escritores posteriores que serían influidos por esta mujer: Anne Radcliff.

Abordemos un poco la trama de la novela. A grandes rasgos, narra las vivencias de una joven francesa, perteneciente a la baja nobleza, Emily St Aubert (por cierto, ¿por qué "Emily" y no "Emilie"?) La acción tiene lugar en 1584. Los padres de Emily fallecerían quedando ella a cargo de una tía que decide no casarla con su joven enamorado, Velancourt, sino con un noble italiano que reportará honor y dinero a la familia pero que luego resulta un sinvergüenza. Viajarán a Venecia y de allí a un castillo propiedad del nuevo marido italiano de la tía, otro canalla; castillo tenebroso, lleno de misterios y oscuras leyendas. Mientras, entre descripción y descripción de distintos paisajes, Emily, que es muy sensible -prototipo del siglo XIX- verterá muchas lágrimas, suspiros, desmayos y convulsiones porque, pobre de ella, mantiene en su interior una lucha entre su pasión ¿Velancourt? y su deber (ser buena hija, buena sobrina y muy buena, en general). Todo esto a grandes rasgos, como digo.

Esta novela es citada como el arquetípico de la novela gótica. De todos modos, siguiendo las características de, por ejemplo, César Fuentes, veríamos que no las cumple todas. Sí algunas;

- la trama tiene lugar en un castillo. Se acepta.
- Atmósfera de misterio y suspense. Sin duda.
- Desapariciones, sorpresas en el linaje de los protagonistas. Se cumple.
- Profecías ancestrales. Alguna hay, pero habrás de esperar a tener leídas dos terceras partes del libro.
- Cuentos sobrenaturales o de difícil explicación. Los hay pero, al final, la autora te los desmontará explicando todo. En el fondo era tan lógico...
- Emociones desbordadas. Sin duda: estamos en el siglo XIX y los protagonistas sufren acceso de lágrimas, desmayos, sacudidas, convulsiones, enfermedades que les postrarán en cama meses enteros. etc., etc.
- Erotismo. Ni por asomo. Cuando en la Francia del siglo XVI los reyes, nobles y clérigos no eran nadie si no tenían cinco o seis amantes -de ambos sexos-, Emily -que era una adelantada para su época- hace gala de un puritanismo anglicano radical.

Y ahora, alguna crítica personal. Mi principal disgusto es la falta de rigor histórico. Siendo Anne Radcliff una mujer tan culta, cometió el error de situar su novela en una época y un lugar que desconocía. ¿Por qué no eligió la campiña inglesa del siglo XIX como posteriormente haría Emily Brönte? Esa falta de rigor pasaría inadvertida para las lectoras inglesas, encandiladas con "otro momento y otro lugar exótico" pero hoy día resulta un poco intolerante. Veamos algunos ejemplos:

- La Francia de 1584 era de todo menos un paraíso. En ese año se estaba llevando a cabo la ¡octava! guerra de religión que enfrentaría a católicos y protestantes con masacres de unos y otros. La matanza de San Bartolomé aún estaba muy reciente... invito a ver una magnífica película que ilustra muy bien la época: la reina Margot, del director Patrice Chéreau.
- El padre de Emily, Monsieur de St. Aubert, parece haber elegido la simplicidad del campo huyendo de los artificios de la Corte. Este estilo no es muy francés... suena más bien a los filósofos británicos de la época (Hobbes y su homo homini lupus). Por otro lado, la Corte de Catalina de Medicis era todo menos chic...¿no estará pensando Radcliff más en lo que se contaba de la corte de Francia de la pre-Revolución?
- Difícilmente las damas de la novela pueden hablar en sus tertulias de la ópera en Francia cuando ésta aún no existía en 1584. No sería hasta el reinado de Luis XIV que J.B. Lully -a quien ya citamos- la introduciría para gloria del Rey Sol.
- Difícilmente se pagaría a los criados, posadas, etc. con luises cuando esta moneda la introduciría un siglo después Luis XIII y persistiría hasta la Revolución Francesa. En 1584 la moneda en curso era el "franco" que, abolido por el monarca citado, sería restaurado en la época revolucionaria.
- Por contra, la Italia de 1584 no podía ser tan salvaje como la dibuja la Radcliff... ¡señora, que Italia estaba en plena ebullición del Renacimiento y las villas, frescos, artes, esculturas hacían de ese país un nuevo Parnaso!

Y podríamos seguir...

Llegamos al fin y a la terrible pregunta ¿recomendarías esta novela a un amigo? Y, personalmente, me temo que debo reproducir la respuesta que di con el Castillo de Otranto. No la recomendaría a alguien que no sabe qué leer pero sí a alguien que realice un estudio sobre la literatura gótica y, sobre todo, que tenga mucho tiempo y algo de paciencia. Sin duda que la descripción eterna de paisajes, personajes y psicologías nos da una buena idea de la influencia del romanticismo del siglo XIX en la cultura gótica. Esto tiene más importancia de lo que parece. Cuando debatimos porqué un hombre o una mujer gótico es más individualista, se siente defraudado por los diversos tipos de grupos humanos (asociaciones, comunidades religiosas, clubes, Estados, etc.), cuando uno se pregunta el porqué del atuendo de una persona gótica o su simpatía por lo alternativo, o cuando busca y suspira por un amor ideal, pero sufre porque la realidad se lo niega... quizá debiéramos volver la vista a la personalidad de los hombres y mujeres del siglo XIX, a su reacción de los sentimientos frente al racionalismo del siglo XVIII, a la exaltación de sensibilidades....

No; la novela de Los Misterios de Udolfo no me ha resultado de fácil lectura. Pero si tú y yo queremos reflexionar porqué somos góticos, porqué nos sentimos orgullosos de ser diferentes frente a esta sociedad de mierda donde la corrupción por el puto dinero aflora desde las altas instituciones del Estado a las más cotidianas... si queremos ir más allá de un mero pantalón y camisa de color negro buscando los pilares de nuestra forma de ser y pensar... debemos leer a Anne Radcliff. Porque ella fue mujer y pionera.

lunes, 18 de febrero de 2013

El castillo de Otranto, por Horace Walpole



A finales de 2011 publiqué una breve reseña sobre esta novela aprovechando una vieja edición que me regalaron. Ahora pretendo hacer un comentario algo más extenso, aprovechando que fue la primera obra sobre la que reflexionamos en el Taller de Literatura Gótica de Mirari Bueno.

Se dice que El Castillo de Utranto (1764) fue la primera novela gótica. Ahora bien, ¿por qué se dice que fue la primera? Es más, ¿por qué se la considera una novela gótica?

Confieso que este tema fue de intenso debate en el Taller. De entrada, en el prólogo de su novela, el propio Walpole reconoce "he escrito una novela gótica". Luego, si él afirma de sí mismo que ha escrito algo gótico es que en su cabeza tenía, al menos, las características de lo que es y de lo que no es una novela gótica. Y, sin embargo, son los estudiosos de la literatura gótica de los siglos XIX y XX los que afirman que EL castillo de Utranto es una novela gótica. Vamos, que nos podemos hundir en una espiral de razonamientos de la que difícilmente salir. Para zanjar el tema, debemos ¡ay! someternos a un "criterio de autoridad": El Castillo de Otranto es la primera novela gótica porque los estudiosos de la literatura dicen que es la primara novela gótica. ¿A vosotros os convence este argumento? A mí, tampoco.

Lo que sí podemos afirmar es que, siempre volviendo a las palabras del propio autor, con el Castillo de Otranto se pretendió realizar un "primer intento moderno de fundar una literatura de ficción fantástica sobre la base de las antiguas novelas de caballerías" y, por tanto, en un ambiente medieval y, por deformación, de "estilo gótico". Si bien, y esto es una reflexión mía, la Edad Media es un período histórico tan largo, que asimilarla a "estilo gótico" es, cuanto menos, una ligereza viniendo de alguien tan culto, como lo era Horace Walpole.

En cuanto a la biografía del autor, no merece la pena reproducirla aquí, por lo que os deje este link que os conducirá a la Wikipedia, si estáis interesados en la misma. Sólo resaltar una cuestión. Walpole estaba tan enamorado del estilo gótico, que hizo construir una mansión  neogótica absolutamente maravillosa, llamada Strawberry Hill pero fatalmente restaurada en tiempos recientes con un resultado que nada tiene que ver con, al parecer, el proyecto original de Walpole. No dejéis de echar un vistazo aquí.

Otra curiosidad histórica es que Walpole, más o menos, disimuló en una primera edición ser el autor real de la novela, quizá por un cierto pudor debido al hecho de que todo un Lord inglés, miembro del Parlamento y educado en los mejores colleges y universidades inglesas escribiera una novela así que, en su origen, parecía estar más destinada a un público femenino cuyos gustos literarios ¡ay! se consideraban facilones. Cosas de la época. Y así,no sería hasta la segunda edición -y tras el éxito de la primera- que Walpole reconociera ser el autor.

Pero volvamos al inicio; ¿por qué diríamos que El Castillo de Otranto es una novela gótica? Sin duda, porque cumple todos los requisitos que se piden a una novela gótica, es decir:

1) la trama tiene lugar en un castillo, un caserón, con una gran importancia de lo arquitectónico medieval. En este punto, se da además dos circunstancias. Por un lado, aparece el castillo con una ermita cercana. Tenemos aquí una doble simbología: el poder religioso (la Iglesia, el fraile) va en paralelo al poder temporal (el Señor feudal o príncipe), tan típico de la Edad Media. La confrontación de ambos servirá para desarrollar varios capítulos de la novela. En segundo lugar, el castillo se describe como  un lugar confuso, donde uno se puede perder, donde para escapar hay que intrincarse en complicados pasadizos y sótanos. Este diseño, al parecer, viene inspirado por la mitología clásica y, en concreto, por el Mito del Laberinto del Minotauro donde los personajes de la novela se identifican con los del mito; así, Theodore sería Teseo, Manfred sería el propio Minotauro e Isabella sería Arianda. Sobre el mito del laberinto, puedes leer más aquí. Y en cuanto a su rica interpretación simbólica, el laberinto nos evoca las dificultades de la vida, las decisiones excluyentes que con frecuencia debemos tomar y que marcarán nuestro futuro. Me disculpo si me voy "por los cerros de Úbeda" pero necesito decir que una de mis óperas favoritas -Teseo, de Jean Baptiste Lully- están inspiradas en este Mito, de la cual reproduzco a continuación la Obertura:



2) La trama se desarrolla en un ambiente de misterio y suspense. Buena prueba de ello son los hechos asombrosos e inexplicables que se producen, ruidos, voces... sombras que parecen descender de los cuadros...

3) Nos encontramos con desapariciones, muertes turbulentas, sorpresas en el linaje de los protagonistas... ¡anda, resulta que este joven es hijo del fraile y éste a su vez...!

4) No faltan las profecías ancestrales... si el principado de Otranto no tiene descendencia masculina, se terminará el linaje.

5) Emociones desbocadas... Aún no estamos en el siglo XIX pero ya las damas se desvanecen presas de fuertes impresiones, les dan convulsiones y deberán guardar cama durante mucho tiempo cuidadas por sus sirvientas que, a su vez, tiemblan con palpitaciones de sólo oir el nombre de algo sobrenatural....

6) Erotismo no implícito... hmmm ¿así que el príncipe de Otranto quiere desposarse con la que iba a ser su nuera, aún repudiando a su esposa, para tener un hijo? hmmm... hmmm, así que el joven gallardo pretende a Isabella...

Una última curiosidad aún no resulta por los investigadores: existe una continua remisión a la simbología del número "tres": Conrad es tres años menor que Isabelle, hay tres plumas negras que se mueven tres veces, son tres los caballeros del séquito de Frederick, Theodore hiere a Frederic tres veces, la trama transcurre en tres días... ¿casualidad o no? No se sabe. Para ahondar un poco más sobre la simbología del "tres" tomado, en este caso, del estudio de una de las instituciones que más trabaja el estudio de los símbolos; hablo de una logia masónica. Véase aquí.

Hablemos ahora del estilo. El castillo de Otranto podría ser perfectamente adaptado a teatro porque los diálogos tienen casi más importancia que las descripciones del paisaje, de los lugares, de las escenas. De dudosa calidad literaria, reconozco que  en ocasiones el lector se desespera porque abre puertas que luego no cierra, es decir, plantea misterios que se quedan en el aire, el desarrollo es un poco embrollo e incluso uno necesita coger papel y lápiz para recordar nombres y relaciones.

Por último, en el Taller se nos lanzó una pregunta personal: ¿recomendaríamos la lectura de esta novela? Y he aquí mi respuesta: no recomendaría su lectura a alguien que desee leer algo para pasar el rato. Sí la recomendaría a quien quiera iniciarse en la novela gótica. Es decir, para mí el Castillo de Otranto tiene más un interés histórico (historia de la literatura gótica, si se me permite) que litarario.

viernes, 8 de febrero de 2013

Guión para el Taller de Literatura Gótica








Con algo de retraso, publico esta entrada. Se trata de un sencillo guión de los libros a tratar en el Taller. Hasta ahora ya hemos leído y comentado los dos primeros, de los que intentaré hacer aparte un resumen.


La lista de novelas es la siguiente:

  • El Castillo de Otranto, Horace Walpole.
  • Los misterios de Udolfo, Ann Radcliffe.
  • El Monje, Mathew Gregory Lewis.
  • Frankenstein o el moderno Prometeo, Mary Shelley.
  • El vampiro, John William Polidori.
  • Melmoth el errabundo, Charles Robert Maturin.
  • Ligeia, Edgard Alan Poe.
  • Cumbres borrascosas,  Emily Brontë.
  • Carmilla, Joseph Sheridan Le Fanu.
  • El  Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Robert Louis Stevenson.
  • El gran dios Pan, Arthur Machen.
  • El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.
  • Drácula, Bram Stoker.
  • Vuelta de tuerca, Henry James.
  • El castillo, Franz Kafka.
  • Narrativa completa, H.P. Lovecraft.
  • El resplandor, Stephen King.
  • El nombre de la rosa, Umberto Eco.
  • Matar a un vampiro, Javier Herce. Ediciones-Babylon (Valencia)
Habréis observado que, salvo en el último caso -y porque se trata de una novela actual-, no hago referencia a ninguna editorial. Ello se debe a un doble motivo; por un lado, porque considero que son obras de una antigüedad suficiente para ser consideradas libres de derechos de autor. Aclaro que, en materia de libros, procuro siempre comprar originales (ya sean nuevos o, sobre todo, de segunda mano). Sin embargo, comprendo y apoyo a los lectores que se descargan por Internet este tipo de novelas con más de 100 años de antigüedad. Considero que es una hipocresía por parte de las Autoridades que condenen las descargas por Internet cuando tenemos en España la ADSL más cara y más lenta del mundo. Por un lado las Autoridades llaman a una pretendida ética de protección de los derechos de autor pero, por otro, suben los precios de los suministros de telefonía, electricidad, etc. en cuyas compañías sitúan a los ex-ministros (aprovechamos para saludar a todos los ex-ministros y ex-ministras felizmente recolocados en empresas privadas.

Aparte de las novelas, nos han sugerido en el Taller cierta bibliografía actual sobre literatura gótica; en concreto:

  • Cultura Gótica, Gavin Baddeley. EdicionesRobinbook (Barcelona)
  • Mundo gótico, César Fuentes Rodríguez. Quarentena Ediciones (Barcelona)        
  • Gothic, Fred Botting. Routledge (London)
  • The Tale of Terror, Edith Birkhead. Sentry Press (New York)

domingo, 20 de enero de 2013

Taller de literatura gótica

El pasado jueves comenzamos un taller de literatura gótica que tendrá lugar a lo largo de todos los jueves, en horario de 20h00 a 21h30. Por el momento, se trata de un grupo reducido en que se puede conversar, debatir y aportar ideas entre los "alumnos" y la "profesora" o, más exactamente, la animadora.

En esta primera sesión procedimos a presentarnos y a exponer los motivos que nos animan a participar en el taller. A continuación, entre todos, intentamos definir las características que, a priori, no deberían faltar en una novela gótica:

- Existencia de una trama familiar, con relaciones inexperadas o parentescos inesperados,
- ambientadas en un castillo, un cementerio, un lugar sagrado;
- sentimientos llevados al límite. Se enlaza aquí con el espíritu del romanticismo donde las pasiones siempre son exageradas;
- presencia de algo sobrenatural: un fantasma, un vampiro, un espíritu...
- el erotismo, más o menos velado.

Según Cesar Fuentes ("Mundo Gótico") las características necesarias para calificar una novela como "gótica" son:

- presencia de un castillo, un caserón; el hecho arquitectónico es muy importante;
- atmósfera de misterio y suspense;
- desapariciones, sorpresas en el linaje de los protagonistas;
- profecías ancestrales;
- cuentos sobrenaturales o de difícil explicación;
- emociones desbocadas (pánico, paranoias);
- erotismo, normalmente de forma no explícita;
- la llamada "falacia profética", por ejemplo la presencia de una tormenta anuncia inevitablemente una aparición. El cine abusaría después de esto.

Tres períodos son los que podríamos apreciar:

  1. finales del siglo XVIII, con autores como H. Walpole (El castillo de Otranto), Godwin, Beckford, Anne Radcliff, M.G. Lewis (El Monje)...
  2. El apogeo, primera mitad del XIX, destacando Tieck, Hoffman, Mary Shelly, Polidori, Poe, Emily Bronte.
  3. El ocaso, hacia finales del XIX: Hawthorne, Collins, Dickens, Guy de Maupassant, Le Fanu...
En el siglo XX, sin ser tan relevante, pero considerándose "góticos" hay diversos autores que "chupan de las fuentes, entre los cuales estarían Ambrose Bierce, Joseph Conrad, Lovecraft, Stephen King, Umberto Eco, etc.

La semana próxima comenzaremos a analizar la primera de las novelas que debemos leer: El Castillo de otranto, de Horace Walpole.