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Se considera que el origen la literatura gótica se sitúa en Gran Bretaña, en particular durante el Romanticismo. Sin embargo, la primera aparición del término -gótico-, tiene lugar cuando el escritor Horace Walpole lo ubica como subtítulo en su obra El castillo de Otranto: Una historia gótica.

lunes, 13 de mayo de 2024

Vathek y sus episodios, de William Beckford.

 


"𝔑𝔬 os describiré la terrible sensación que causó sobre nosotros el aspecto de aquel lugar. Todos los que están aquí han sentido una semejante, pero un motivo de terror que nos impresionó fue el encuentro del mago. Paseaba con la mano derecha sobre su corazón entre la multitud lúgubre y errante. Nos ve. Las llamas que devoraban su corazón salen por sus ojos, nos lanza una mueca espantosa y se aleja precipitadamente. Un momento después, un maldito div se acerca a Firuzká."

Os he transcrito uno de los últimos párrafos de Vathek y sus episodios, del escritor inglés William Beckford (1760-1844). En realidad es uno de los pocos párrafos que expresan una sensación de terror, de inquietud de desasosiego. 

Por otro lado, si hemos de analizar el hecho de que esta novela sea o no gótica, debemos hacerlo con mucho cuidado porque es una excepción a todas las demás de la época. De hecho, hay analistas que consideran que, si Vathek se califica como "gótica", es a los solos efectos de dar prestigio a esa sub-cultura. 

No estoy de acuerdo con esos analistas pero sí es cierto que Vathek es muy peculiar pues no es una novela gótica al uso, con un caserón, un fantasma, un sótano y una profecía ancestral. Para nada. De hecho, el autor quiso ambientarla, siguiendo la moda iniciada por "Las Mil y Una Noches" en un entorno árabe, oriental, pero oriental a la manera romántica al modo en que los contemporáneos del siglo XIX se imaginaban Persia o Arabia.

Por lo demás, aunque no evidentes, sí que nos encontramos ciertos ingredientes que nos llevarían a calificar como "gótica" la novela. Así, si bien no existe una abadía o un castillo gótico si que tenemos una torre de los horrores donde la madre del sultán hace de las suyas, prueba hechizos, esclaviza una cohorte de negras (la expresión "negras" es del escritor), etc. No falta el elemento sobrenatural, pero no es en este caso los tradicionales fantasmas ingleses o espíritus occidentales. En la novela el escritor, que se documentó muy bien o que quizá fuera, sin más, su cultura general, acudió a la mitología musulmana para sacar a relucir a los "divs", o suerte de demonios del Corán, o a Iblis, u superior jerárquico de la demonología islámica. Por poner algún "pero" creo que, personalmente, la novela no tiene demasiados momentos de inquietud, terror, o "uncanny". O, al menos, yo no los he percibido. Pero allá la sensibilidad de cada cual.

Por lo demás, la novela es un pelín farragosa, que por cierto es algo muy al uso en la novela gótica o romántica de la época, en la que el escritor empezaba a escribir, iba de acá para allá, de repente metía una historia que contaba un protagonista a otro y, al hilo, una historia dentro de la historia. Este esquema lo hemos visto en varias novelas góticas como "Los Misterios de Udolfo".


Vale la pena hablar un poco del escritor, William Beckford y del proceso de composición de la novela que, originalmente, fue redactada en francés en 1782, y traducida después al inglés por el reverendo Samuel Henley. Esta versión fue publicada en 1786 sin mención alguna a Beckford como An Arabian Tale, From an Unpublished Manuscript ("Un cuento árabe, de un manuscrito inédito"), afirmando que se trataba de una traducción de un cierto original árabe. Ese mismo año apareció la primera edición en francés. La primera traducción al español se publicó en 1969. William Beckford escribió también unos "Episodios", historias cortas que pretendía intercalar en el texto principal. Sin embargo, su inclusión en las ediciones de Vathek se demoró hasta mucho después de su muerte.

El personaje que le da título a la obra está inspirado en al-Wáthiq (en árabe: الواثق), hijo de al-Mu'tásim, un califa abasí que reinó en 842–847 dC, quien tenía una gran sed de conocimiento y se convirtió en un gran patrono de académicos y artistas. Durante su reinado estallaron varias revueltas y al-Wáthiq tomó un papel activo en sofocarlas. Murió de fiebre el 10 de agosto de 847. La narrativa de Vathek utiliza un narrador en tercera persona, omnisciente y semi-intrusivo. La novela, si bien puede prestarse a dividirse en capítulos, es un manuscrito completo sin pausas.

La novela narra la caída del poder del califa Vathek, quien renuncia al islam y se involucra junto con su madre, Carathis, en una serie de actividades licenciosas y deplorables diseñadas para ganar poderes sobrenaturales. Al final de la novela, en lugar de alcanzar estos poderes, Vathek desciende a un infierno gobernado por el ángel caído Iblís donde es condenado a vagar sin fin y sin palabras.

En cuanto al autor, os animo a leer bien la introducción a la novela (yo manejo la edición de Valdemar Gótica y el prólogo fue redactado excelentemente por Mauro Armiño) o, sin ir más lejos, lo descrito en la WikipediaWikipedia. Digamos a modo de resumen que estamos ante el típico dandy inglés, que recibió una herencia de dinero increíble y, con ella, una esmerada educación pero que, en vez de administrarla bien, se dedicó a la buena vida, al coleccionismo, a fiestas y a construir mansiones de inspiración y decoración medieval para, finalmente, morir sin apenas nada que legar a sus hijos. 

¿Recomiendo la lectura de esta novela? Pues depende de tu objetivo. Si estás realmente interesado/a en novela gótica y su historia, la respuesta es un rotundo "sí" pero, ya te aviso, deberás armarte de paciencia, al modo que uno se tiene que armar de paciencia cuando lee Los Misterios de Udolfo o tantas otras. Si simplemente buscar una novela de entretenimiento, pues quizá no valga la pena que te adentres en esta novela y, sin ir más lejos, si te gusta la temática orientalizante, te sumerjas en Las Mil y Una Noches o en los Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving.



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