VorMel...

VorMel...
Se considera que el origen la literatura gótica se sitúa en Gran Bretaña, en particular durante el Romanticismo. Sin embargo, la primera aparición del término -gótico-, tiene lugar cuando el escritor Horace Walpole lo ubica como subtítulo en su obra El castillo de Otranto: Una historia gótica.

lunes, 29 de abril de 2024

El Agujero del Infierno, de Adrian Ross

 


𝕰l agujero del infierno es una novela publicada en 1914 y este dato me sirve para recordar a mi lector (según las estadísticas de "blogger" tengo uno, sólo uno... un fiel lector y varios visitantes ocasionales pero yo, como primo la calidad a la cantidad, me siento muy orgulloso de que este blog tenga un lector asiduo).

Pues bien, de acuerdo con los académicos, especializados en literatura gótica, ésta tiene propiamente tres períodos:

  1. Los comienzos, situados a finales del siglo XVIII, con autores como H. Walpole (El castillo de Otranto), Godwin, Beckford, Anne Radcliff, M.G. Lewis (El Monje)...
  2. El apogeo, primera mitad del XIX, destacando Tieck, Hoffman, Mary Shelly, Polidori, Poe, Emily Bronte...
  3. Y, el ocaso, hacia finales del XIX: Hawthorne, Collins, Dickens, Guy de Maupassant, Le Fanu...

Hay que mencionar que "los puristas de la literatura gótica" afirman que, en el siglo XX, sin ser tan relevante en lo que a este tipo de literatura se refiere, pueden considerándose "góticos" diversos autores que "chupan de las fuentes", entre los cuales estarían Ambrose Bierce, Joseph Conrad, Lovecraft, Stephen King, Umberto Eco, etc.

Esto es lo que dicen los académicos pero, ahora bien, los que tenemos alma gótica ("y el que pueda escuchar que oiga") pensamos que lo que opinen los académicos nos lo pasamos por el forro de... de la chaqueta de cuero. Y por eso, personalmente, pienso que tanto en el siglo XX como en el XXI podemos encontrar notables novelas góticas de una pureza tal que haría empalidecer aún más a Mary Shelly. Y creo que en este blog estamos viendo interesantes ejemplos.

La novela que deseo comentar hoy se podría perfectamente incluir pues, como veremos, tiene las características esenciales de una trama gótica y, como comentaba al principio, vio la luz en 1914, si bien estuvo oculta para el gran público durante muchos años. Y es que nadie de la época hubiera pensado que Adrian Ross, catedrático de la Universidad de Cambridge, compositor de libretos de ópera y productor de espectáculos musicales, se lanzaría a la tarea de escribir una novela que, la Editorial Valdemar, haciendo gala de ciertos pudores de novicia, califica de "terror sobrenatural" pero que yo, personalmente, no tengo ningún problema en considerarla "gótica".


Pero veamos algo más del autor. La versión inglesa de la Wikipedia y el traductor de idiomas de Google, con leves retoques personales, nos informa que Arthur Reed Ropes (1859 –1933), más conocido con el seudónimo de Adrian Ross, fue un prolífico escritor de letras que contribuyó con canciones a más de sesenta comedias musicales británicas de finales del siglo XIX y principios del XX. Fue el letrista más importante de la escena británica durante una carrera que abarcó cinco décadas. En una época en la que pocos espectáculos tenían una duración prolongada, diecinueve de sus espectáculos en el West End tuvieron más de 400 funciones. Notable, ¿no?

A finales de la década de 1880, Ross escribió las letras de los primeros éxitos del teatro musical británico, incluidos In Town (1892), The Shop Girl (1894) y The Circus Girl (1896). A continuación, Ross escribió la letra de una serie de exitosos musicales, comenzando con A Greek Slave (1898), San Toy (1899), The Messenger Boy (1900) y The Toreador (1901) y continuando sin interrupción durante la Primera Guerra Mundial. También escribió la letra en inglés de una serie de exitosas adaptaciones de operetas europeas que comenzaron con La viuda alegre en 1907.

Durante la Primera Guerra Mundial, Ross fue uno de los fundadores de la Performing Rights Society. Continuó escribiendo hasta 1930, y produjo varios éxitos más después de la guerra. También escribió la novela que hoy nos ocupa, El Agujero del Infierno, y varios cuentos.

Hijo de un comerciante ruso y de una mujer inglesa afincada en la Normandía, Adrian Ross fue enviado a estudiar a la Metrópoli, en concreto a, sucesivamente, las escuelas Priory House School en Clapton, y Mill Hill School y City of London School, en Londres. Más tarde asistió al King's College de Cambridge, donde, en 1881, ganó la Medalla del Canciller por su poema "Temple Bar", y también ganó el Premio de los Miembros por otro ensayo en inglés. En 1883 se graduó con un título de primera clase, ganando la beca Lightfoot de historia y una beca Whewell de derecho internacional. 

Se graduó y fue profesor de la Universidad de Cambridge, enseñó historia y poesía de 1884 a 1890 y escribió sus propios versos serios y cómicos, cuyo primer volumen se publicó en 1884. En 1889, publicó "A Sketch of the History of Europe". También fue traductor de literatura francesa y alemana bajo su propio nombre. Como curiosidad, creó el nombre ficticio "Adrian Ross" debido a la preocupación de que escribir musicales, a veces satíricos, comprometiera su carrera académica.

Demos un giro de volante ahora y centrémonos en la novela, "El Agujero del Infierno". De entrada, los traductores se han tomado sus, digamos, licencias de autor y, al mas puro estilo del doblaje al español, lo han traducido como se les ha puesto en la punta del nabo. The Hole of the Pit fue el título que Adrian Ross eligió para su novela que, literalmente, sería algo así como "el agujero del hoyo". Y si así lo tituló pues así lo tituló aunque en español suene raro. Lo que me lleva los demonios, y nunca mejor dicho, es que la Editorial -que no voy a nombrar- y su traductor, al que llamaremos Javi, para no perjudicarle futuros trabajos, se los ponga de montera y cambien el título a "El agujero del infierno" que sí, quizá suene mejor, pero no es literal. ¿O será que los góticos necesitamos que nos protejan de títulos que puedan sugerir otras cosas, como se vio en All about Eve? En fin, cambiemos de tema porque estas cosas me sublevan.

Vayamos pues al análisis de la goticidad de la novela. De entrada, observamos que Adrian Ross ha empleado una técnica clásica en novela gótica desde Ann Radcliff en adelante, que es una ambientación temporal, si no medieval, post-medieval o en las postrimerías de la modernidad. En este caso, ha elegido un período convulso de la historia inglesa como fue 1645, en que tuvo lugar la Guerra Civil ingresa, contienda que enfrentó a los parlamentarios, con Oliver Cromwell al frente, y a los realistas fieles a Carlos I.


Este entorno histórico permite al escritor situar la novela en un castillo defensivo, rodeado de su muralla y dotado de barbacanas, almenas y demás estructuras arquitectónicas que le dan un ambiente gótico ideal. Por si fuera poco, el castillo está situado junto a unas marismas sujetas a la pleamar y bajamar que provocan las consabidas brumas y, con todo ello, algo misterioso que, al menos en este comentario, no voy a revelar para dar ocasión al lector a que se enfrasque en esta novela, no demasiado larga.

El escenario es, por tanto perfecto, y de hecho, si tuviera que hacerle una crítica a Adrian Ross, es que ha compuesto una novela gótica "de libro", está todo lo que tiene que estar, según los entendidos, para que esta novela sea gótica; en concreto:

  • la trama se desarrolla de tal modo que provoca en el lector esa sensación subjetiva de inquietud escalofriante; no llega a ser miedo, ni terror sino una leve, pero intensa, impresión de desazón, congoja, tribulación. Y os aseguro que, sólo por eso, esta novela "engancha".
  • Del elemento arquitectónico ya hemos hablado. Me sigue dando la opinión de que el autor no está siendo demasiado "fresco" (estamos en 1914) sino que adrede ha hecho que concurran las notas de goticidad. Eso no es malo, pero pienso que es bueno remarcarlo.
  • No faltan tramas familiares...dos primos que son los últimos representantes de una noble familia; otra prima política más que ronda por el castillo, una misteriosa mujer italiana de la que poco se sabe... ¿una "querida" del Conde? Parece ser que sí, pero a su vez de ella se dice que tiene un turbio pasado pues era "una de esas mujeres que iban detrás de la soldadesca en las guerras de Europa" para vaya usted a saber por qué (bueno sí; eso que todos estamos pensando).
  • Tenemos hechos sobrenaturales en cada página, me atrevería a decir... aparte del misterio de las marismas, de ese mal olor persistente, tierras que se hunden, un espectro que ronda el castillo y, una delicia, hasta una invocación que la italiana hace a los demonios, habiendo previamente convencido a todos los protagonistas que se encierren en círculos pintados en el suelo con pentáculos... y, ni te cuento quien acude a la evocación... Vamos, una delicia. 
  • Tenemos erotismo larvado y bien larvado... y a mansalva también... el conde, la italiana, el soldado sueco que a saber que se trae con la italiana, la criada del castillo que gusta por exhibirse por la cantina donde la soldadesca, que no es de piedra, la dicen de todo menos "linda" y, calla tú: menos mal que el protagonista es un puritano de esos protestantes ingleses del siglo XVI que si no, el erotismo larvado se deslarvaría que no veas.
  • Mencionar también esa maravillosa "falacia patética" que nadie sabe lo que es, pero que se aproxima a esa situación en que hay un trueno cuando aparece un espectro y cosas así... En esta novela, como otro punto de goticidad, es la niebla, la bruma, la que crece, con el mal olor de las marismas, cuando algo va a acontecer.
Como resumen, insistir en que "El Agujero del Infierno" o, si lo preferís, "The Hole of the Pit" es una maravillosa novela gótica, que cumple todos sus requisitos, y a la vez es dinámica, interesante, de fácil lectura y que no decepcionará a los aficionados a la literatura gótica. Por favor, no la leáis deprisa sino aprovechad su lectura para confrontar con lo que ya sabéis de otras novelas que habréis leído antes como el Castillo de Otranto, los Misterios de Udolfo o Melmoth el Errabundo. Seguro que os sorprende.

Feliz Lectura.


No hay comentarios:

Publicar un comentario