VorMel...

VorMel...
“Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron Siete Trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.” (Apocalipsis8, 2-5) Los nombres de los siete ángeles son Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Jofiel, Shamuel, Zadkiel. En la profecía, nadie habló de VorMel. O bien no es un ángel o bien tiene otra profecía que contar...

jueves, 10 de noviembre de 2011

El Aguila Negra (continuación)

Como complemento a mi anterior post, a continuación publico una traducción personal de la letra de la canción de Barbara l'aigle Noir. Sugiero leerla a la vez que se escucha la canción:
Un bello día o quizá una noche,
Cerca de un lago me había dormido.
Cuando de repente, pareciendo reventar el cielo,
y viniendo de ninguna parte,
surgió un águila negra.

Lentamente, las alas desplegadas.
Lentamente, la vi arremolinarse.
Cerca de mí, en un rumor de alas,
como derribada por el cielo
el pájaro vino a posarse...

Tenía los ojos color rubí
y plumas del color de la noche.
En su frente, con miles de luces brillantes,
el ave rey coronado
llevaba un diamante azul.

Con su pico tocó mi mejilla.
En mi mano, deslizó su cuello.
Fue entonces cuando lo reconocí:
había vuelto a mí
surgiendo del pasado.

Dime pájaro dime. Llévame.
Regresemos al país de en otro tiempo.
Como antes, en mis sueños de niña,
para recoger estrellas temblando,
estrellas...

Como antes, en mis sueños de niña.
Como antes, sobre una nube blanca.
Como antes, encender el sol,
crear la lluvia.
Y hacer maravillas.

El águila negra en un rumor de alas
despegó para volver al cielo.

Cuatro plumas del color de la noche.
Una lágrima, o quizá un rubí.
Tenía frío, no me quedaba nada.
El pájaro me había dejado
sola con mi pena.

Un buen día, o quizá noche,
Cerca de un lago me había dormido.
Cuando de repente, pareciendo reventar el cielo,
y viniendo de a ninguna parte,
surgió un águila negra...

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